3 dic. 2020
Hostelería en Santutxu: situación de cara o cruz
El sector de la restauración pasa por una adecuación completa al restrictivo entorno creado con las últimas medidas tomadas por el Gobierno Vasco
IBAI CARVAJAL - NICOLÁS GORBEA I Santutxu, Bilbao
Una mesa de terraza en la entrada de la taberna impide el paso a la cafetería The Coffee, en Santutxu. Actúa a su vez como punto de comunicación entre camarero y cliente; al más puro estilo McAuto. -Janet F., dueña de la empresa, sirve un pintxo y un café para llevar a un cliente habitual que viene de peregrinaje a la cafetería local-.
La cultura del bar en España siempre ha sido muy singular, en estos se han forjado amistades, roto relaciones, atado negocios y consumido tardes entre risas y recuerdos sin fecha de caducidad. Prácticamente un lugar de culto en nuestro país. Pero al llegar adversidades que cambian el rumbo de partida, los peones son siempre las primeras fichas en caer.
Poco menos de un mes después de la publicación de las últimas medidas tomadas por el Gobierno Vasco, entre las que se incluía el cierre de establecimientos de hostelería y restauración indefinidamente para contener el virus; los comercios sobreviven siguiendo los pasos del camaleón, en una mimetización hostelera para evitar ser devorados por la quiebra.
Para Janet, al igual que para numerosos comercios del barrio, el cierre parcial del sector hostelero ha significado la entrada a un largo túnel oscuro, del que la salida se percibe cada vez más lejana. “Tenemos que amoldarnos a la situación y ver cómo salimos a flote, hundidos ya estamos. Estamos dando manotazos de ahogados”, afirma Janet.
Este segundo cierre de la hostelería y la restauración, ha sentado como un jarro de agua fría para numerosos comercios de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). Gran muestra de ello, son las 234 nuevas solicitudes de ERTE que recibió el Departamento de Trabajo del Gobierno Vasco nada más entrar en vigor esta medida. Hasta 1016 trabajadores se verían afectados por estas nuevas solicitudes, casi todos provenientes del sector hostelero. “Tenemos la mitad de la plantilla en ERTE y la otra mitad seguimos trabajando” explica Maite León, hostelera en el Bar Vaquero en Santutxu.

Varias personas hacen cola en el Bar Vaquero, Santutxu
Numerosos restaurantes han encontrado una vía de escape en la comida a domicilio y los pedidos para recoger, cosa que no han podido hacer las cafeterías y bares, ya que la esencia de sus servicios, radica en el interior de sus locales. Es el caso del bar The Coffee, que como muchos otros bares, no disponen de este servicio y por lo tanto se les añade una traba más. Janet explica cómo se amoldan a esa dificultad añadida: “Este es un bar en el que no tenemos cocina, pero podemos poner pintxos fríos y demás, y con eso arreglarnos hasta que se pueda tomar otra decisión”.
Argiñe Vaquero, camarera en Aida Bar expresa su preocupación frente a estas segundas medidas. “Para muchos locales va a ser la ruina, la primera vez ya costó mucho, esta vez ya… sabemos de 3 o 4 que no van a volver a abrir”. Vaquero explica que la clientela durante los fines de semana “se mueve un poquito”, pero es consciente de que entre semana “está muerto, muerto”. La camarera del Aida Bar señala al miedo como principal culpable, “hay muchos casos aquí en Santutxu, entonces…”
LA OTRA CARA DE LA MONEDA
Al igual que en el lanzamiento al aire de una moneda, pese a que salga cruz las tres primeras veces, no influye en la existencia de otro lado. Esta cara sonríe a distintos comercios que indirectamente se ven beneficiados de esta situación. Como es el caso de la hamburguesería santutxutarra La Karmela Burger, en la que su encargado, Borja Alegría, explica que no han sufrido las restricciones debido al tipo de negocio que regentan: “Nosotros anteriormente solo estábamos funcionando más que nada take away (a recoger), así que a nosotros no nos ha supuesto prácticamente ningún cambio.”

Son precisamente estos servicios a domicilio y de recogida los que han servido de salvoconducto a muchos restaurantes. “Al haber más bares cerrados, los pocos que tenemos el servicio delivery o take away, somos los que más estamos funcionando”, añade el encargado de La Karmela.
Alegría admite que después de la puesta en marcha de esta medida, en La Karmela están trabajando “bastante, pero bastante más”, hasta el punto de tener que contratar un empleado extra debido a la gran demanda que recibieron la semana pasada. “Me comieron el miércoles pasado”, añade entre risas.
Entrada de La Karmela, Santutxu
Los vecinos de Santutxu, saben de la importancia de sus bares y más aún, de que ahora les necesitan. Maite León, explica agradecida los gestos de muchos clientes: “Hay mucha gente que te pide dos cafés y te da 5 euros y no quiere las vueltas, mucha gente eh”. Por eso, aún hay esperanza, aunque las sillas estén recogidas junto a las mesas y sombrillas en esa terraza inerte que en otras circunstancias debería de estar a rebosar. Aunque la mirada de los vecinos, mirada que cobra mayor importancia sobre la mascarilla, se encuentre perdida, desganada incluso deprimida. Aunque la mesa de terraza puesta provisionalmente en la puerta impida la entrada, la esencia del bar sigue dentro intacta, esperando con ansia la vuelta a la normalidad.